viernes, 22 de febrero de 2013

Crónica del encuentro con Laura Gallego en Las Palmas de Gran Canaria

Hace muy poco, Laura Gallego comentó en su twitter que visitaría dos ciudades españolas y yo, resignada, pensé que a Canarias ni se le ocurriría venir. ¡Cuál fue mi sorpresa cuando vi que una de las ciudades elegidas era Las Palmas de Gran Canaria! Mi ciudad, ni más ni menos. Hacía siglos, ¡milenios!, que Laura no venía a Las Palmas. La última vez había sido hace siete años, ¡imagináos!
Sin embargo, no fue hasta hace muy poquito que supimos que el encuentro tendría lugar en... ¡la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria! Mi universidad, ni más ni menos (aunque, claro, cierto es que en Gran Canaria sólo hay una universidad). ¡Pero las buenas noticias no acababan ahí! No. Además de ser en MI UNIVERSIDAD, la visita de Laura se llevaría a cabo en MI FACULTAD. ¡Mi facultad!
Para entender la felicidad que todos sentimos, tenéis que saber que aquí, en Las Palmas, la universidad está muy fragmentada. Hay un campus enorme y súper guay en el que si respiras te sale ambiente universitario por las fosas nasales, que está en Tafira y, cómo no, es para los de ciencias y jurídicas. Luego está medicina, que, obviamente, está cerca del hospital. Y luego los "de letras", que tenemos un cutre campus que parece un instituto público y que antes era de ingenierías pero que ahora, como ellos se han ido a los edificios guays, nos ha tocado a nosotros. Somos, por así decirlo, y junto a los de Veterinaria (que ni os digo donde está el campus porque no os lo creéis), los marginados. Y, por fin, ¡algo interesante ocurría en nuestro campus!

El día en cuestión, 20 de febrero, llegué a la universidad a las nueve y asistí a mis cuatro horas de clase diarias, sin dejar de pensar en lo que ocurriría esa tarde dos pisos más abajo. ¡Me temblaban las piernas de los nervios! A la una, cuando terminé las clases, mi mejor amiga Laura (conocida por estos lares como Laura Camaleón), llegó para almorzar en la cafetería y luego sentarnos a hacer cola. Y sí, estáis leyendo bien, nos sentamos en la puerta del salón de actos desde las tres de la tarde (¡dos horas antes!). Y menos mal que lo hicimos, porque en breve el lugar se llenó hasta las trancas de fans de Laura y la cola para entrar al salón salía, literalmente, por la puerta de la facultad.


Después de la larga espera, durante la cual conté con la compañía de las bloggeras Laura Camaleón, Aineric y Arsénico, Laura por fin hizo acto de presencia, y después de verla entrar al salón (porque estábamos las primeras de la fila), por fin pudimos pasar. Veloces como un rayo, recorrimos el pasillo para sentarnos en la primerísima fila, a menos de dos metros de la escritora valenciana y de la profesora de la facultad que la acompañaba. Esta profesora, de la facultad de traducción y especialista en literatura infantil, hizo una breve introducción de la carrera de Laura como escritora, y luego dio una pequeña charla sobre lo infravalorada que está la literatura infantil y juvenil.

Tras un prolongado aplauso, Laura comenzó su charla, que se centró en sus comienzos como escritora y en las razones por las que escribe literatura juvenil, género que defendió a capa y espada y del que se declaró orgullosa. Después llegó el turno de las preguntas, en las que dejó claro, una vez más, que NO habrá película ni cuarta parte de Memorias de Idhún, ni segundas partes de los libros que ya ha publicado, exceptuando Mago por Casualidad, que continúa en Héroe por Casualidad. Además contó muchas cosas sobre su época rolera, sobre su foro (conversación en la que salió a colación, cómo no, el popular Javier Ruescas), sobre sus estudios en la universidad... De entre las novedades, supimos que muy pronto se colgará en su web el primer capítulo de El Libro de los Portales y un book trailer de la novela.

Y, tras terminar la batería de preguntas, dieron paso, por fin, a la esperada firma de libros. Nosotras, al estar sentadas tan cerca, no tuvimos que esperar mucho, y en menos de diez minutos pudimos acercarnos a ella, emocionadas, con nuestros libros en la mano: Laura, Donde los árboles cantan; Aineric, La Emperatriz de los Etéreos; y yo, Las hijas de Tara, uno de mis favoritos. En todo momento, Laura se mostró muy simpática y predispuesta, y con mucho cariño estampó una dedicatoria y su rúbrica en las primeras páginas de nuestros ejemplares.


Y, como guinda del pastel, muy amablemente accedió a grabar un saludo para todos vosotros, lectores de Runas Antiguas. ¡Aquí lo tenéis!


Espero, de verdad, que Laura vuelva a Canarias, porque fue una experiencia única estar sentada frente a ella y poderla escuchar hablar en vivo y en directo sobre lo que más me gusta en el mundo: los libros.

¡Gracias, Laura! ¡Esperamos que vuelvas pronto!

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